La ingesta hídrica influye en la composición del pH de la orina, el volumen de la orina, presencia de
micronutrientes (sodio, potasio, cloro, etc) y su perfusión renal. Químicamente hablando; mientras no
nos hidratemos adecuadamente y no lo acompañemos con un idóneo uso de electrolitos, la
concentración de acidez en la orina cambiará y se volverá más neutral, permitiendo con más facilidad
la aparición de colonias bacterianas en el tracto genitourinario. Si es que ocurre una restricción de
hidratación, disminuye la circulación sanguínea incrementando la concentración de orina y su
osmolaridad; de esta forma el sistema inmune no tiene la capacidad de interactuar correctamente
ante la señal de alarma que manda el cuerpo, los granulocitos y la fagocitosis se inhiben en presencia
de una orina altamente concentrada. (NIH, 2009).
Esta situación tiende a empeorar cuando se trata del caso de una mujer que realiza actividad física
cotidianamente o es activa. Si esta persona no se hidrata adecuadamente, por ejemplo, con
productos como Pedialyte ® 30, en los días de alta intensidad, es más fácil que aparezcan las
infecciones por la deshidratación, provocadas por la actividad física y la falta de rehidratación oral post
entrenamiento. (Beetz, 2003; Maughan & Shirreffs, 2010). 1,3 Esto muchas veces ocurre por la idea
errónea de que no se debe hidratar a menos de que se realice ejercicio en exceso u ocurra una
exposición prolongada bajo el sol.
Un estudio realizado en 1995, con 17 mujeres, en el estado de pre-menopausia, quienes reportaron
tener por lo menos 2 infecciones de vías urinarias en 6 meses, demostró que una hidratación correcta
es una manera de prevenir dichas infecciones. Las participantes fueron monitoreadas por 8 meses y
asignadas de manera aleatoria a un grupo de control y un grupo experimental, entre quienes se
hidrataron correctamente y quienes no.
De este estudio, 6 mujeres desarrollaron infecciones del tracto urinario ITU durante el experimento
(aquellas que no se hidrataron correctamente), mientras que el resto de las participantes, que
utilizaron las recomendaciones de hidratación, no desarrollaron infecciones del tracto urinario ITU
(Beetz, 2003)
Las conclusiones arrojadas demuestran que hidratarse continuamente, tener la ingesta hídrica de por
lo menos 2L al día de agua y entre 150-200ml de un hidratante como Pedialyte ® 30 en circunstancias
importantes, como realizar actividad física, deshidratación por insolación, infecciones
gastrointestinales, entre otras.
REFERENCIAS
1 Trabajo citado (UK), N. C. C. for W. and C. H. (2009). Assessing dehydration and shock. Retrieved
from https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK63845/ Beetz, R. (2003).
2 Mild dehydration: a risk factor of urinary tract infection? European Journal of Clinical Nutrition, 57 Suppl 2, S52–S58.
Retrieved from https://doi.org/10.1038/SJ.EJCN.1601902
3Maughan, R. J., Shirreffs, S. M. (2010). Dehydration and rehydration in competative sport.
Scandinavian Journal of Medicine Science in Sports, 20. Suppl 3(SUPPL. 3), 40–47. Retrieved
from https://doi.org/10.1111/J.1600-0838.2010.01207.X